La última
palabra, entre autoridad y responsabilidad terapéutica:
La devolución
según el modelo narrativo
de las Realidades Compartidas
Gianmarco Manfrida[1] Valentina Albertini[2]
* Publicado en su versión original en
italiano en Rivista di Psicoterapia Relazionale,
40, 2015, FrancoAngeli ed.
El secreto de un buen sermón
es tener un buen comienzo y una buena conclusión, y de acercarlos todo lo
posible
George Burns
(1896-1996)
La última palabra es una
expresión que tiene muchos matices, aunque a menudo evoca idea de autoridad:
para Haley (1973), por ejemplo, era el intento de mantener a toda costa una
posición única en la relación.
En la terapia familiar se ha
dado mucha importancia al tema del inicio de la sesión o de la terapia (gestión
de la primera llamada, compilación de fichas clínicas, fase de encuentro) y más
tarde, a su ejecución. La conclusión ha atraído la atención sólo en el período
en el que, en el máximo purismo sistémico, Mara Selvini y sus colaboradores
hacían sus intervenciones “oracularias” al final de cada sesión a las que no permitía
ninguna respuesta. Con la aparición de la segunda cibernética, a finales de los
años 70, se consideró una falta de respeto no conceder la posibilidad de
réplica: el cambio iba a nacer en el diálogo, y al terapeuta se le negó la
oportunidad de una interacción instructiva (Maturana y Varela, 1980).
Con
el construccionismo social y el surgimiento de un enfoque narrativo, se le ha
devuelto al terapeuta una responsabilidad plena durante sus intervenciones: entre
éstas la devolución es un instrumento poderoso y popular, ya que tiene un valor
de síntesis, redefinición y está dotado incluso
de una posible ironía más intensa respecto a las intervenciones realizadas
durante una sesión.
No representa en
sí mismo algo afirmativo o autoritario: implica la apertura de un espacio de
reflexión que los pacientes siguen elaborando cuando vuelven a casa, y también
puede ser una manera irónica de aligeramiento, sin disminuir los contenidos
traídos y trabajados durante la sesión.
El modelo de las Realidades Compartidas
Parece evidente la
importancia del enfoque narrativo para ayudar a los pacientes a
"re-escribir sus propias vidas" (White y Epston, 1990; White, 1995).
Según Ricoeur (1991), el enfoque narrativo en psicoterapia implica que el
terapeuta construye historias alternativas que todavía no han sido narradas: la
vida es en realidad un simple fenómeno biológico hasta que no se interpreta a
través de una narración.
Sin embargo, no es suficiente
una simple historia para que la intervención sea realmente terapéutica. Es
necesario que las historias alternativas que pueden surgir con la ayuda del
terapeuta tengan características que les permitan producir un cambio. Los
sociólogos P. Berger y T. Luckmann (1966) pusieron la conversación humana,
socialmente aceptada, como base de nuestra ilusoria sensación de estabilidad y
de capacidad de control del mundo, construida a partir de las confirmaciones
continuas e inconscientes de una cotidianidad compartida banal. Esta realidad compartida
garantiza una identidad personal y hace previsible el futuro para el paciente y
para las personas que conforman su estructura social de referencia, pero a
costa de mantener escondidos en los submundos sociológicos alternativas a la
rutina diaria y a la asignación y asunción de papeles relacionales rígidos y, a
veces patogénicos. De acuerdo con el modelo de las Realidades Compartidas
(Manfrida, 2015), en las narraciones de los pacientes, sumergidas en un mar de
banalidades confirmatorias, aparecen de vez en cuando, de manera incongruente,
enmascaradas y sorprendentemente, discrepancias, pasajes de relatos
alternativos provenientes de submundos sociológicos, esferas de datos y de
significados socialmente compartidos y confirmados, pero minoritarios y relegados
a la sombra de la consciencia.
Construidas alrededor de estas
discrepancias identificadas por el terapeuta, las historias terapéuticas tienen
que ser:
PLAUSIBLES,
es decir, con la posibilidad de ser compartidas tanto por el cliente como por otras
personas significativas, de manera que se pueda permitir la construcción de una
estructura social de confirmación de la nueva historia, originada a partir de
un submundo sociológico que reemplazará el mundo de la vida cotidiana
previamente dominante y que será revelado por las discrepancias en la historia
contada al terapeuta;
CONVINCENTES,
es decir, promovidas y apoyadas por el terapeuta con técnicas diseñadas para
subvertir sobre el plano lógico y sobre el plano emocional las opiniones
anteriores del cliente y de las personas de referencia;
ESTÉTICAMENTE
VÁLIDAS, es decir, capaces de involucrar otras personas, convirtiéndolas en variadas
y emocionantes y menos restrictivamente banales que la vida cotidiana.
Las
historias que se desarrollan durante la terapia tienen un principio, un
desarrollo y una conclusión: empiezan con la escucha crítica, con atención a
las discrepancias de la narración banal de los pacientes, a la que le sigue la
propuesta de una historia alternativa plausible, aceptable y que pueda ser
confirmada por parte del paciente y de su estructura social de referencia. Es
la PLAUSIBILIDAD que consiente proponer el borrador de la nueva historia y de definir
el contrato que permite trabajar en ella; los aspectos PERSUASIVOS hacen de puente,
reforzando en el plano lógico así como en el emotivo, el desarrollo de la nueva
historia; que llegará a ser coronada en el plano estético a partir de la
involucración paritaria y de alianza con los pacientes con el fin de afrontar
retos y abrazar juntos la empresa propuesta por la nueva historia desarrollada
durante la terapia.
El terapeuta narrativo no sólo
construye historias, antes es necesario que deconstruya la realidad propuesta,
la banal cotidiana, para permitir que emerja otra historia, socialmente
compartida, más funcional y satisfactoria; parte de la identificación a través
de las discrepancias, elementos discordantes de la historia principal,
de los submundos compartidos que han sido relegados al fondo de la realidad
cotidiana, preservada y confirmada por la conversación corriente entre el
paciente y su esfera de referencia social significativa.
La
devolución como instrumento persuasivo en la terapia narrativa
En la historia de la terapia
familiar se ha dado desde siempre una importancia especial a la fase inicial y
a la gestión de las sesiones (Minuchin 1976, Boscolo e Cecchin
1982, 1988). Durante el periodo sistémico (Mara Selvini Palazzoli e coll. 1975)
la atención se desplazó a la conclusión de la sesión, desde hace tiempo el
argumento de la devolución, a pesar de que representa una práctica todavía
común, ha recibido poca atención. En una visión narrativa retórico/persuasiva
se trata de una omisión injustificable: hasta Cicerón en el De Oratore habla de la “Importancia del
principio y del final de la oración”.
Hoy en día existen muchos estudios de
psicología social con tal propósito: ¿cuál es el orden más eficaz de presentar
los argumentos? Para Lund (1925) son más eficaces los argumentos iniciales
(efecto Primacy) que aquellos en la conclusión de un argumento (efecto Recency);
los experimentos llevados a cabo posteriormente no han confirmado la hipótesis
de Lund, demostrando que depende más bien del contexto (por ej. del intervalo
de tiempo entre la comunicación y el reconocimiento de los efectos, o en la
presentación de argumentos a favor y en contra). Sin embargo, se han
identificado correlaciones más estables: el efecto Primacy es mayor si los
destinatarios de la comunicación no tienen conocimiento del argumento, el
efecto Recency prevalece si el tema es conocido y familiar, como aquellos que
el cliente trae a la terapia , confirmados por su realidad banal cotidiana.
Parecería más importante la conclusión de
la sesión visto que la propia vida es considerada por todos bastante conocida y
familiar.
Por supuesto, la devolución no es independiente del
desarrollo de la sesión, ni en términos de contenido, que debe reanudar,
resumir y proponer, ni en el del tono emocional. Si la conducción ha tenido un
tono bromista involucrando a todos los pacientes, la devolución tendrá el tono de la sesión sin que parezca
incongruente; por el contrario, si la sesión se ha teñido de un tono más bien
dramático que no se ha conseguido atenuar a través de las intervenciones que
hubieran podido reducir la tensión creada, no será apropiado proponer
conclusiones de tipo humorístico. Cuando los pacientes durante la sesión
proporcionan datos interesantes y útiles para el proceso terapéutico, es
oportuno recuperarlos y utilizarlos durante la fase de devolución , favoreciendo
así la aparición de nuevos contenidos de los submundos sociológicos; pero si se
encuentra frente a una rigidez homeostática de la realidad dominante, el
discurso de cierre puede ser una alternativa provocadora y desconcertante. En
cualquier caso, la devolución debería valorizar la especificidad de cada
historia y de cada sesión, representando un poderoso elemento de redefinición,
con el objetivo de evitar expresiones genéricas y tener en cuenta cualquier característica concreta de
los individuos y de las distintas situaciones del proceso de cambio.
La intervención puede ser leída o improvisada, lo
importante es que se proponga de manera persuasiva usando recursos retóricos
mencionados por Cicerón en el pasado
(importancia de la mirada y del tono de la voz ...), así como el uso y el
empleo de palabras y frases clave (Boscolo Bertrando et. al.,
1991).
La intervención final se articula en pasajes lógicos y usando
formas retóricas, con espacios dejados a la improvisación así como puntos
considerados indispensables. Tiene función de:
o
consulta y resultado, coherente con la
conducción de la sesión
o
resumen,
síntesis
y propuesta de una nueva trama (como si se tratara del resumen de los capítulos
anteriores)
o
efecto retórico-persuasivo que tiene
como referencia a Aristóteles para la lógica, Cicerón para la emotividad, Cialdini (1995),
Goldman (1997)
y otros (Pratkanis e Aaronson, 2003)
para una actualización moderna de las técnicas de persuasión en el ámbito comercial,
político y mediático
o
didácticos: consiente al alumno con supervisión
directa, un aprendizaje progresivo de la técnica, de la capacidad de reaccionar
emotivamente y del significado de responsabilidad terapéutica
Otro motivo moral por el que
los terapeutas se exponen con un discurso final es el de mostrar respeto
sincero y real hacia las personas que acuden a terapia, no solo para
consolarlos: transmitirles una voluntad real de involucrarse aceptando nosotros
mismos que nos exponemos, racionalmente pero con coraje y valentía. Asumir
nosotros mismos en primer lugar nuestras propias responsabilidades por la vida
de los demás, si queremos que posteriormente nuestros pacientes sean autónomos.
Saber aislar nuestra realidad personal dominante cotidiana de las benevolentes
técnicas de ayuda, confirmada por nuestros mismos pacientes, para encontrar
para nosotros y para sus historias, alternativas plausibles, convincentes y
hermosas.
Devolución con una familia
“Quedan los gnomos”: un
intento de devolver un sentido a la locura
En la
literatura se ha llevado a cabo una investigación interesante sobre el método
narrativo aplicado a psicóticos. Según muchos autores, de
hecho, en los casos de psicosis agudas existe un intento de búsqueda de
sentido: a pesar de esto, algunas experiencias psicóticas se viven en un
estadio pre-narrativo, sin ninguna explicación, y pueden ser expresadas por los
pacientes solo a través del lenguaje metafórico. La comprensión de estas
expresiones metafóricas permite a quien escucha atentamente, compartir la
sensación de estos individuos como ‘seres en el tiempo’. Además la propia identidad
personal, que tiene bases narrativas, en los episodios de psicosis aguda se ve comprometida o no resulta suficientemente
consistente (Holma y Aaltonen, 1995); estas bases están garantizadas por un
constante intercambio con los familiares y la sociedad, que ha sido analizado
con técnicas cualitativas en distintas etapas del desarrollo de una psicosis,
que corresponde a una pérdida progresiva de sentido (Barker et al., 2001).
En el caso que presentamos,
se ve claramente la distribución del núcleo familiar de una pre-narrativa respecto
a la sintomatología psicótica, vista como una manifestación de una enfermedad
incomprensible; ha sido imposible desarrollar un sentido compartido para lo que
le había sucedido a Alessio en el momento del inicio de la psicosis. A
diferencia de los modelos de gestión de los episodios psicóticos derivados de hipótesis
biológicas, fundados en el suministro de fármacos y en el uso de las
intervenciones basadas en el modelo de Expresión Emocional (Vaughn y Leff, 1985),
en el trabajo terapéutico narrativo se puede intentar recuperar la dimensión
del tiempo (Holma e Aaltonen, 1998), reconstruyendo un hilo que vuelva
a conectar los eventos en una nueva trama de sentido que se convierte en LA
historia. Se desprende de este caso cómo la terapia narrativa permite explicar
una trama que une distintas generaciones, es decir pasado y presente, en una
única estructura de significado, permitiendo al paciente una experiencia del
tiempo integrada.
La familia en terapia se compone del padre, la madre, dos
hermanas de 20 y 33 años, y de Alessio, 30 años, que presenta una larga serie
de episodios psicóticos que empezaron a los 19 años de forma aguda y que con el
paso del tiempo han dado lugar al diagnóstico de psicosis esquizoafectiva y a
numerosos ingresos hospitalarios voluntarios y obligatorios. Alessio ha sido
dado de alta hace 20 días, después de un mes de hospitalización en la división
de psiquiatría tras haber subido al tejado de casa, amenazando con suicidarse
como forma de protesta ante la falta de apoyo económico del padre (jubilado, ex
albañil) a sus deseos, poco realistas, de comprar un apartamento donde poder
vivir él solo. Es la primera vez que en la familia se han desencadenado contrastes
tan importantes y esto ha creado un estado de ansiedad hasta el punto de inducir
a la hermana mayor, Elena, empleada, casada y que no convive con la familia de
origen, madre de una niña de 3 años (que asistirá a todas las sesiones), a
solicitar una terapia familiar en nombre de todos los componentes de la familia.
Se trata de una familia de inmigrantes no de primera generación, muy unida:
Alessio, a pesar de sus numerosos desórdenes psicóticos y posteriores
hospitalizaciones, todavía tiene un buen trabajo en la administración pública,
mientras que Valeria, la hermana más joven, estudia Económicas en la
Universidad.
La familia asiste a 5
sesiones, y los terapeutas además a de ayudar a los miembros de la familia
individualmente en la gestión de sus relaciones y de los problemas cotidianos,
recogen pacientemente elementos de la historia de la sintomatología psiquiátrica
de Alessio. En la sexta sesión, los elementos aparecen casi completos y se
construye una devolución que recoja todas las explicaciones de los síntomas desde
la aparición de la psicosis 12 años antes, vinculándolo a todo lo que ha ido surgiendo
en la historia de la familia y en la sesiones anteriores. La presenta uno de
los dos terapeutas, tras haber abandonado la sesión durante diez minutos para
elaborarla junto con el supervisor detrás del espejo, leyéndola como un
resultado conjunto, poniendo gran atención al proprio lenguaje no verbal,
concretamente atento a usar los tonos de voz adecuados y a mantener el contacto
visual.
Devolución
de la sexta sesión
“Felicidades, tanto por los deberes,
que os renovamos y que revisaremos, como por lo que habéis hecho hoy aquí. Es
un reto casi imposible devolver un sentido a la locura especialmente después de
doce años. Y sin embargo, hoy creemos haberlo conseguido no solo gracias a
nuestra extraordinaria capacidad sino sobretodo porque sois lo suficientemente
valientes para recordar y estáis lo suficientemente unidos por el deseo de
entender. La “bouffèe delirante” en otras palabras “la pérdida de la
cabeza” de Alessio sucedió en un momento y con una modalidad muy concreta. Las
vacaciones de aquel año no fueron las de siempre: por primera vez Elena, la
hermana mayor, decidió transcurrirlas sola con su novio en vez de pasarlas con
su familia. Al mismo tiempo, los amigos de Alessio emprenden un viaje en tren
por Europa mientras que él se sintió con la obligación de permanecer en Cerdeña
con su familia.
A su alrededor todos parecían estar en movimiento…. excepto
Alessio, que va a Cerdeña con su familia pero no ha digerido este episodio y
nada más volver al colegio, proclama: “yo solo he ganado un viaje”, “me he ganado
este viaje” dice, como para subrayar que él también, como Elena, puede alejarse
de casa.
Al mismo tiempo, está asustado de este deseo de vida
independiente: piensa que si es homosexual esto no le puede suceder, como a su
hermana, elegir a alguien fuera de la familia, o por lo menos le resultará más
complicado, así que lo proclama a todos. Está todavía confundido, aparece la
ansiedad, oye hablar del SIDA y piensa que la única manera de escapar a esta
situación, es la muerte. Podría ser un personaje famoso (Alberto Moravia,
fallecido recientemente y además “Mor”) del que se hable en televisión: solo
quedan los gnomos que lo atormentan, esto no lo sabemos explicar, dejemos a
Alessio el ejercicio de encontrar una explicación. Tal vez, como nosotros,
pidiendo ayuda a sus familiares. Todo esto no significa que Alessio no
estuviera fuera de sí, simplemente expresaba de manera confusa y contradictoria
una dificultad de todos los tiempos, que empeoró en ese momento: la antigua
condena de familia entre la llamada a una profunda unidad y un deseo individual
rebelde de independencia.
Sobre el
resto de la historia continuad a trabajar vosotros y del futuro hablaremos la
próxima vez”
Devolución
con una pareja
Estar juntos
contra los espíritus.
Se trata de una pareja en
serio conflicto, con un hijo de 8 años de edad; tanto Raffaele (38 años) como
Camilla (34) tienen una historia privada emocionalmente en sus familias de
origen, que ha hecho que ella necesita sentirse amada y querida constantemente
y sea susceptible hasta llegar a la violencia física ante cualquier indicio de
falta de interés por parte de él; Raffaele al contario es cerrado,
introvertido, socialmente fóbico, tímido, desconfiado y ansioso de atención exclusiva.
Durante las sesiones, la pareja llamará "Julio Carroña" al fantasma
de sus temores mutuos, fantasma que emerge durante sus peleas y hace que sea particularmente
difícil hacer las paces: los terapeutas utilizarán este nombre durante las devoluciones,
para que sea aún más plausible la intervención.
Devolución de la
primera sesión
“A uniros ha sido una gran
esperanza: construir una familia distinta a la vuestra de origen, aquella donde
habéis crecido. Una familia en la que vuestro hijo pudiera crecer sintiéndose
seguro y protegido, siendo capaz de poder confiar en sus padres. De esta manera
Raffaele habría redimido el sentimiento de abandono y soledad que lo persigue
desde siempre, Camilla la frustración de estar siempre involucrada en las
peleas de sus padres sin obtener ningún resultado cuando se hacían las paces”
Devolución de la cuarta
sesión
“Julio Carroña vuelve
a las alcantarillas! Como habéis dicho
que en vuestra casa habita un espíritu maligno que se llama Julio y que os atormenta,
tenéis el apellido del espíritu y un buen ejercicio.
Ya se sabe que los argumentos
racionales no funcionan demasiado contra los espíritus que lleváis a cuestas
del pasado y que toman posesión de vosotros cuando tenéis miedo. Dice Manfrida
que tenemos que conseguir resumir y sintetizar las cosas y ahora vosotros
conocéis cuánto vuestro miedo acumulado de abandono y desilusión, está dañando
vuestra relación.
Está
convencido que por temor, Raffaele se preocupa de lo que dice o no dice; que
por temor, Camilla se vuelve aburrida; por temor a cada uno de vosotros, os
volvéis agresivos.
Manfrida sostiene que el
temor en el que vivís de ser defraudados en vuestro deseo de una relación
afectiva intensa y sincera, hace que poco después de haber estado aquí, no os
acordéis de nada de lo que hemos dicho y volvéis a empezar otra vez.
Julio
Carroña no se debe infravalorar y ya que no os podemos adoptar y daros la
infancia feliz y segura que os habría gustado y que no habéis tenido, entonces
contra los espíritus es necesario usar remedios aparentemente irracionales. He
aquí algunos contra Julio Carroña:
a)
una bendición a prueba de espíritus, os la damos nosotros, ahora sois una
pareja bendita;
b)
que un amigo vuestro que os tenga mucha estima os regale un cuerno rojo y lo
colguéis en casa;
c) poner una foto vuestra que represente un
momento feliz vivido juntos para que os recuerde tener confianza;
d) para terminar, contra los espíritus hay un remedio
supersticioso muy antiguo: tocarse los testículos. Raffaele no tiene problema y
estoy convencida que se los prestará con mucho gusto a su mujer. Usted,
Camilla, recuerde que las tetas también traen buena suerte, así que sea
generosa y hágaselas tocar a él.
Tened en cuenta que lo que os hemos dicho,
va muy en serio!
Mucha suerte y a la porra, Julio
Carroña.”
Devolución en terapia individual
Los riesgos de quien no se arriesga
nunca
La devolución en una terapia
individual se lee y se recita tras haberla presentado como un trabajo de
reflexión del terapeuta hecho al final de la sesión anterior. Si bien se
considera inadecuado y artificial presentar al paciente individual una devolución
escrita al final de cada sesión, de vez en cuando, en momentos clave de la
terapia, esta técnica permite valorizar y recordar todo lo que se ha hecho
hasta el momento e intervenir concretamente en la relación terapéutica. Una
copia de la devolución se puede entregar
al paciente para que se la lleve y reflexione para poder discutir sobre ella en
una sesión posterior. Dada la rareza, estas intervenciones finales individuales
son generalmente bastante extensas y absorben gran parte de la sesión, si bien
este hecho esté compensado por la atención prestada del terapeuta en su
redacción.
Presentamos
el caso de Giuseppe, 32 años, que llega a la terapia por recomendación de su
compañera, con la que convive. La devolución que sigue se lee al paciente durante la
tercera sesión con el objetivo de estipular un contrato terapéutico.
“Querido Giuseppe,
Su historia me ha tocado mucho: usted es un chico que tiene muchos
recursos y talento. Sabe dibujar muy bien, enseña, lleva la escuela de comics a
las principales ferias para demostrar aquello que sois capaces de enseñar.
Convive con Caterina, la mujer que ama y por la que ha luchado tanto, esforzándose
mucho y arriesgándose a recibir una negativa por parte de ella cuando decidió
conquistarla.
Sin embargo,
Giuseppe, a pesar de estos picos de competencia y
coraje, me explica la historia de una vida vivida desde las bambalinas. Usted
nunca se ha expuesto a correr riesgos en la vida .... Sí, es cierto, está
Caterina y su conquista algo turbulenta, pero creo que esa es la única
excepción. Por lo demás, Giuseppe,
todo tranquilo.
De pequeño
usted era el payasete de la familia: todo risas y bromas. Tal vez para no
quitar ésa alegría a la casa, decidieron ocultarle siempre los problemas, pero
cuando los problemas fueron apareciendo, con la separación de sus padres, usted
se convirtió en un adolescente tímido y complicado, que nunca había pedido nada
para sí mismo, ni siquiera la posibilidad de transcurrir algo de tiempo fuera
con sus amigos.
Lamento decirle estas cosas
de manera tan brusca, precisamente a usted, que durante toda su vida ha estado
protegido por sus padres y sus hermanas, que para que se sintiera seguro le han
escondido todo: la separación, la amante de su padre, los problemas con su hermana
Elisa que se escapaba de casa y nadie sabía nada de ella durante días. Bien, agárrese
fuerte, Giuseppe, porque estoy por decirle algo que probablemente no le gustará
pero creo que por lo menos, una vez en la vida, teniendo en cuenta que ha
encontrado un poco de coraje para acudir a un experto y tener una opinión, se
merece una cosa que nadie le ha dicho nunca: la verdad.
Giuseppe, a las personas no
se las protege no diciéndoles las cosas. Lo único que se obtiene escondiendo a
quien tenemos a nuestro alrededor las cosas que suceden, es que estas personas
se convencen que es mejor que piensen los otros en resolver los problemas, y de
consecuencia que no sigan creciendo. Que se bloqueen. Que continúen siendo
pequeños. Sí, Giuseppe, pienso que es precisamente esto lo que le ha sucedido a
usted. Creo que el deseo afectuoso de protección por parte de su familia haya
provocado en usted un efecto colateral que tal vez nadie había calculado que
pudiera suceder, pero así ha sido: no le han permitido crecer. Y usted,
Giuseppe, se ha acomodado en esta situación a mitad camino: por un lado se ha
ido de casa para convivir, pero por otro lado sus padres siguen ayudándole económicamente.
Por un lado, quiere ser dibujante de comics y sabe que podría hacerlo, pero si
le cierran alguna puerta se ofende y se despide del mundo cruel editorial
decidiendo renunciar. En definitiva, Giuseppe, usted ha crecido un poco pero no
del todo.
Usted acude a mí sin una
pregunta clara, afirmando que se lo han aconsejado porque podría resultar
beneficioso para usted y que ha visto mejorar mucho Caterina con la terapia,
así que de consecuencia, espera que pueda serle de ayuda a usted también. Dice
que no se siente independiente y esto no lo hace feliz. Este es un elemento que
encuentro positivo y que me llena de esperanza ante la idea de su cambio,
porque si una persona a su edad no fuera independiente y fuera feliz, diría que
es una persona sin esperanzas. Así que Giuseppe existe esperanza para usted ….
Dudo solo que usted también lo crea y que quiera aprovechar esta oportunidad.
Sabe Giuseppe, creo que usted
tiene necesidad de seguir una terapia. Pero desconozco si se la puede permitir:
y no me refiero a la parte económica, ya que pienso que si una persona quiere
algo, el dinero lo encuentra de alguna manera. Creo que usted no se la puede
permitir a nivel emocional, porque la terapia es la única inversión real que
una persona pueda hacer por sí misma y por su evolución, y esto significa que
es el único paso serio que se puede dar para crecer. Pero crecer significa
tomarse tantas responsabilidades y hacer las cosas por uno mismo, y no pensar
que si sale mal, siempre estarán papá y mamá detrás nuestro para recogernos
cuando nos caemos. Quiere decir invertir en una relación adulta y contribuir a
la pareja cada uno con su parte. Significa invertir en las capacidades
profesionales de uno mismo aunque sea duro, y si la profesión no despega quiere
decir arremangarse e ir a trabajar como camarero o dependiente para poder
llegar a fin de mes mientras se espera que llegue la oportunidad justa.
Así que le pido, Giuseppe, que
lo piense muy en serio: está convencido de quererse esforzar? De veras piensa
que sería mejor hacer las cosas por sí mismo en vez de dejar que lo hagan todo
papá y mamá?
Personalmente
no tengo la impresión que usted esté muy convencido, al contrario. Pienso que
en su cabeza retumba la voz de su madre que le dice “qué psicólogos? No creo en
ellos! Vas a tirar el dinero!”: quizás en parte lo piense también usted, que
sería mejor aplazar, no complicarse la vida después de todo lo que sus padres
han sufrido para hacer que la suya fuera tan simple y llana! Pero digamos las
cosas como son, la idea de crecer y de cambiar da miedo, lo comprendo. Y usted
sabe que, aunque salga mal, siempre podrá volver a casa de sus padres.
Naturalmente, pero apoyarse siempre en sus padres también tiene sus inconvenientes:
por ejemplo, y se lo digo por experiencia porque en este trabajo veo muchos
tipos de situaciones, se arriesga a ir por la vida sin haber crecido de verdad
y por tanto, sin experimentar la satisfacción que se siente cuando uno hace
algo por sí mismo, malviviendo insatisfecho y frustrado. Además en las parejas
sucede que de no crecer juntos, si por un motivo o por otro, la relación se
desequilibra demasiado, las personas no resisten y no basta todo el afecto del
mundo para mantenerlas juntas. Cierto, esto no significa que una pareja
funciona solamente si se divide todo al 50%. Pero tener un compañero/a que
lleva el 95% de la carga y el otro contribuye solo con el 5% porque ha decidido
que es más prudente volar bajo en la vida, yo honestamente pienso que una
pareja así no puede durar mucho.
Pero estos son los riesgos de quien
no se arriesga nunca.
A mí me
gustaría poder confiar en la parte de esperanza sana que usted me muestra
cuando dice que se siente insatisfecho, en la parte de usted que dice que
quiere invertir en su futuro y en su felicidad. En la parte que piensa en poder
vivir feliz al lado de Caterina, en dibujar comics como siempre ha soñado, en
mantener una buena relación con su familia, en ser independiente y plenamente
satisfecho cuando está rodeado de otras personas…. Es precisamente a ésa parte
de Giuseppe a la que le propongo un trabajo, de prueba. Deberá demostrarme con
todo su ser que realmente desea cambiar, que quiere seguir esta terapia por
usted, y que de verdad quiere hacer algo para crecer e invertir en su vida. De
no ser así, si no encuentra un agujero en su agenda para acudir a las sesiones,
ya le digo que no estoy dispuesta a irle detrás como está acostumbrado. No le daré
mil citas esperando que usted encuentre tiempo para poder venir. Usted tendrá
su terapia, pero si no es capaz de sacarle jugo, debe ser consciente que habrá
perdido la única oportunidad de trabajar para sí mismo que se le ha presentado
en estos últimos años.
Así que …. qué piensa, se ve capaz de dar este primer paso esencial?”
Devolución construida
en supervisión
Doctor no me fío de usted…. porque no me quiere!
Hasta ahora
hemos dicho que las devoluciones pueden ser un instrumento válido ya sea a
nivel terapéutico como didáctico. Una última función que nos gustaría destacar
es la de la utilidad de la construcción de las restituciones durante la supervisión
clínica.
El caso es el de una mujer,
Giovanna, en terapia individual desde hace un año y medio aproximadamente.
Durante este periodo, se han podido observar mejoras sintomáticas y relacionales,
y la terapia ha sido trasladada al plano del carácter. Giovanna tiene 38 años,
es una mujer hermosa que trabaja en una empresa de prestigio desde hace 10
años. La sede de la empresa está en una ciudad lejos de la suya y cada fin de
semana, Giovanna vuelve a casa de sus padres. Giovanna ha vivido en el pasado
una larga historia de anorexia que ha sido tratada con numerosas
hospitalizaciones pero sin un verdadero tratamiento psicológico. Ha tenido
muchos problemas en su relación con el sexo opuesto y es precisamente el fin de
una historia de amor que la trae a la terapia.
Durante el período al que se
refiere la supervisión, la empresa de Giovanna se enfrenta a algunos
importantes cambios estructurales que podrían obligarla a cambiar tanto el
lugar de trabajo como sus tareas. Al mismo tiempo, un colega de Giovanna ha
contactado por sí mismo a la terapeuta tras haber encontrado el número de
internet y ha solicitado una terapia individual, hecho que comunica a Giovanna
solo en un segundo momento. Giovanna ha terminado los exámenes para obtener la
Licenciatura en Económicas pero hace cinco años que está aún preparando la
tesis final. Esta cuestión ha sido tratada algunas veces a lo largo de las
sesiones: durante el encuentro anterior a la supervisión, Giovanna ha afrontado
la terapeuta de manera agresiva, terminando la frase con un “Sé que a usted no
le intereso, si consigo licenciarme o no! A usted solo le intereso a nivel
estadístico: si me licencio, para usted es un punto a su favor!”. La terapeuta,
cometiendo un error importante, entra en simetría con la paciente respondiendo
“Mire que la licenciatura es suya, no mía. Yo ya obtuve mi licenciatura en el
pasado”. Dándose cuenta del error, la terapeuta solicita una supervisión
durante la cual se construyen las líneas del siguiente retorno.
“Querida Giovanna, tras el episodio de la otra sesión creo
que es importante hablar de lo ocurrido, de nosotras, en este momento delicado
en el que creo que usted necesitaría mi apoyo.
La última
vez vivimos un momento agresivo. Le dije que tengo mi vida con mis alegrías y
satisfacciones como espero que usted tenga la suya, porque usted es realmente
importante, USTED y su vida, no como una mera estadística profesional. Me
importa porque, si usted consigue mejorar su vida y su trabajo, mejorarán
también sus ingresos y obtendrá un éxito mayor. Éste es un progreso en el que
yo participo con alegría porque usted me importa.
Sé que usted se ha esforzado mucho para poder superar las
dificultades y le confieso que es halagador ver que su trabajo ha dado sus frutos:
pero me alegro no por estadística sino porque mis pacientes son importantes
para mí, en especial aquellos que se esfuerzan tanto como usted. Usted es
importante y la apoyo, a pesar de mantener el punto de desconfianza que es
necesario para tener bajo control sus ambigüedades (la historia no historia con
Claudio, su vida a caballo entre Florencia y Pisa, si quiere hijos o no…).
Pienso que en este momento para poder tomar algunas decisiones
importantes como las que se están dibujando en el horizonte, usted necesita
estar segura de nuestra relación. Y para ello, no se puede solo hablar de las
emergencias sino también de nuestra relación y esto último es complejo. Es
cierto, me ofendí cuando usted me dijo que solo la aprecio por los resultados y
que espero de usted solo eso, pero también es cierto que usted me provocó, tal
vez en lugar de hacerme la pregunta importante que era si realmente la aprecio.
Utilizó
un modo agresivo y a mí, que seré buena en mi trabajo pero no soy perfecta, se me
escapó una respuesta agresiva. Querida Giovanna, yo no soy su madre y no quiero
serlo, soy su terapeuta y usted me importa, como me importa su vida y el hecho de
que usted alcance la felicidad.
Respecto a
su colega, que me ha buscado en internet y ha pedido una cita, no acepto en
terapia personas que trabajan codo con codo como no acepto familiares (no
acepté nunca la invitación que quería hacerme de su prima ni de su amiga).
Desconocía que él trabajase con usted y cuando lo comprendí, usted se me adelantó.
Es un accidente que puede suceder. Además usted me hace publicidad y quizás por
la estima que me tiene, haya desvelado demasiadas cosas sobre mí. Nombre y
dirección. En efecto, tendría que haber entendido cuanto era importante para
usted llamarse “mi hija”.
No he tenido antes la oportunidad de demostrarle que para mí
en primer lugar está usted y no hablaría nunca con nadie que esté a su
alrededor sin haberlo hablado antes con usted. Se ha dado cuenta que yo estaba
distante y probablemente lo he estado. Yo la he percibido evasiva y esquiva y
esto me ha preocupado más que nunca.
Es
necesario un espacio para hablar de mí y de usted, ya sea por mí como por
usted, para trabajar juntas mejor y durante tiempo”.
Conclusiones,
en forma de devolución
“Querido
colega terapeuta,
Hemos trabajado con pasión en este artículo con la esperanza
de ofrecerte nuestro punto de vista sobre un tema que nos interesa
especialmente: la creación y el uso de las devoluciones en la terapia sistémico-relacional.
Sabemos
cuánto duro es nuestro trabajo, si se hace con responsabilidad y pasión:
comporta hacerse cargo de la vida de las personas, trabajar con las emociones….
Las suyas y las nuestras. Tenemos que mostrarnos disponibles si se dan casos de
emergencias, y a veces no existen fines de semana, ni Navidades u otras fiestas
importantes. A menudo volvemos a casa cansados y nos sentimos abatidos porque
si bien hacemos mucho, nos gustaría poder hacer mucho más.
Y
sin embargo, colega terapeuta, seguimos haciendo este trabajo y no nos paramos.
Porque
no existe un trabajo en el mundo más hermoso que el nuestro. No existe un
trabajo que permita evolucionar, aprender, sentir, como el nuestro nos lo
permite. Porque a pesar de las derrotas que afrontamos, las satisfacciones son siempre
mayores. Y poder ayudar a alguien nos hace olvidar toda la fatiga, las
renuncias y las frustraciones.
Sabes,
terapeuta, creemos que este trabajo sea algo realmente especial y las cosas
especiales se tienen que proteger y cuidar. Es un trabajo difícil, tal vez no
todo el mundo está capacitado para hacerlo, y a menudo nos tienta el
simplificar la vida dando palmaditas reconfortantes en la espalda de quien nos
pide ayuda sin darnos cuenta realmente. Pero entonces no sería el trabajo que
hemos elegido, y a pesar de que a veces dé miedo, tenemos que encontrar la
valentía y hacernos cargo de las responsabilidades.
Vivimos en
un mundo que rechaza las responsabilidades: se trata de un mundo rápido, veloz,
instantáneo, con cada vez menos espacio para la reflexión y el pensamiento.
Nosotros terapeutas no tenemos que caer en la trampa de la velocidad y la falta
de responsabilidad: aunque sea duro, tenemos que mantenernos firmes en la
creencia que estamos haciendo algo importante, una pequeña contribución a hacer
de este mundo un lugar mejor. Y no tenemos que dejar de aprender nunca: porque
lo debemos a nosotros mismos, pero aún más lo debemos a nuestros pacientes.
“Porque los
pacientes nos ponen en nuestras manos toda su vida: así que es justo que pidan
a cambio un trozo de la nuestra (Manfrida, 2014)”.
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Centre
Publications
Sumario
Con
el auge del modelo constructivista, la terapia pasó a ser considerada una
conversación en la que el terapeuta no era más que un catalizador del cambio.
La conclusión de la sesión por parte del terapeuta se convirtió en una práctica
cada vez menos frecuente.
Los
autores proponen distintos tipos de final de sesión, subrayando los aspectos
más persuasivos inspirados en modelos retóricos clásicos y publicitarios, de
acuerdo con el modelo de intervención narrativa construccionista social de las Realidades
Compartidas.
Los
retornos, dirigidos a parejas, familias, individuos e incluso terapeutas en supervisión,
revelan la atención a las especificidades de las historias y las relaciones
familiares y terapéuticas.
Palabras clave: Devoluciones,
modelo
de las Realidades Compartidas, fin de sesión, intervenciones persuasivas, textos
devoluciones.
Sumary
The last
word, between
therapeutic authority
and responsibility:
conclusive
interventions
according to the narrative Shared
Reality Model.
Constructivist
therapists of the
80s considered
therapy a conversation
where they might
be
catalysts of change, but could not induce it, and it became much rarer that therapists concluded
sessions with specifically designed interventions.
The authors
report some final interventions addressed to
couples, families, individuals and
therapists in supervision
in
order to revalue this technique according to the socio-constructionist narrative Shared Reality
Model.
Final interventions can be a persuasive instrument of change when well structured and appealing
to the specificities of each
client’s and
family’s story and
therapeutic process.
Key words: conclusive interventions,
Shared Reality
Model,
end of therapeutic session,
persuasive reasoning, end of sessions texts.
[1] Gianmarco
Manfrida, psiquiatra, psicólogo, psicoterapeuta, director del Centro
Estudios y Aplicación de la
Psicología Relacional de
Prato, Presidente Sociedad Italiana de Psicología y Psicoterapia Relacional.
segreteria@csapr.it
[2] Valentina Albertini, psicóloga, psicoterapeuta, supervisora Centro Estudios y Aplicación de la
Psicología Relacional de Prato. Socia Clínica Sociedad Italiana de Psicología y Psicoterapia Relacional.